Los arquitectos Michael Hansmeyer y Benjamin Dillenburger han creado una sala impresa 3D mediante algoritmos para diseñar un intrincado interior de catedral. Ensamblado con 64 grandes piezas de piedra arenisca impresas con una enorme impresora 3D, la sala contiene 260 millones de superficies impresas con una resolución de una décima de milímetro. La sala, de 11 toneladas, llevó un mes para imprimir, pero sólo un día de montar. Los métodos de fabricación que utilizan para imprimir la habitación -en su opinión- abre la puerta a la arquitectura de impresión, dando nuevas opciones a los arquitectos para crear nuevos edificios inimaginables y restaurar los antiguos.
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