El burro parece un animal anodino, símbolo de la inteligencia baja y de la testarudez. Sin embargo, el burro es mucho más que esa imagen estereotipada.
-Los burros tienen 62 cromosomas (16 más que los seres humanos) y se pueden cruzar con caballos y cebras. Del cruce entre un burro macho y una yegua nace una mula. Del cruce entre un caballo y una burra nace el burdégano. Las cebras cruzadas con burros tienen cebroides. Sólo 1 de cada 10.000 de estos híbridos es fértil.
-Análisis recientes han revelado que la leche de burra es rica en oligosacáridos, carbohidratos con unas potentes propiedades inmunoestimulantes. La gente de campo de la India la usa como alimento infantil. También se ha usado en casos de sida y cáncer, y hay quien afirma que ejerce un efecto similar a la Viagra.
-Los burros son animales muy valientes. Cuando se asustan, no salen huyendo sino que rebuznan con fuerza. Un burro es el único animal de su tamaño que no retrocede si se encuentra con un león, razón por la cual en África se usan burros para proteger al ganado. Hasta los perros se asustan de los burros, pues son muy precisos en sus coces.
-En Europa ya no quedan burros. En España todavía sobreviven algunas especies autóctonas que están en peligro de extinción.
-Con los burros llegó el comercio: su capacidad para transportar dócilmente el 30 % de su peso dio paso a una nueva etapa en el transporte de mercancías. Se usaba de transporte mucho antes que los caballos, que se criaron originalmente en Asia sólo por su carne. El burro, o el asno, se domesticó por primera vez en Etiopía y Somalia hace unos 6.000 años.
Tenedlo en cuenta la próxima vez que llaméis burro a alguien.
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