Hoy he estado en el mercado semanal dando vueltas por todas las paradas de ropa, zapatos, accesorios y perfumes que se venden en estos mercadillos sin demasiado control. Una amiga quiso comprarse un perfume de Calvin Klein: era una imitación.
Primero hablemos de los dos tipos de imitaciones. La burda imitación de nombre parecido y diseño similar suele ser muy barata. La segunda, la copia exacta de todo: color, nombre y diseño. Suele estar bajo celofán y a menudo cuesta la mitad del precio de la original o algo más.
Que exista ese celofán no es ninguna garantía de autenticidad. Fijaos si lleva un código de barras, si la lista de ingredientes está listada con letras más grandes de lo habitual y dónde está fabricada.
La CK One que quiso comprarse mi amiga era una copia muy buena, difícil de distinguir. Pero no estaba made-in-ninguna parte. Debería haber sido made-in-EU o incluso made-in-USA. No tenía código de barras ni la dirección del fabricante.
Tampoco se podía leer: “Venta reservada a los concesionarios agregados” en inglés o francés. Y la capacidad venía sólo en mililitros (ml.), faltaban las onzas (Oz.). En fin, un desastre de engaño.
Como no te van a abrir un embalaje (como lo abran, sal corriendo a gastarte el dinero en otra cosa), no puedes comprobar cómo es el frasco. Pide siempre el probador, comprueba el frasco y huele la fragancia. A partir de ahí, es una cuestión de suerte y lotería.
Primero hablemos de los dos tipos de imitaciones. La burda imitación de nombre parecido y diseño similar suele ser muy barata. La segunda, la copia exacta de todo: color, nombre y diseño. Suele estar bajo celofán y a menudo cuesta la mitad del precio de la original o algo más.
Que exista ese celofán no es ninguna garantía de autenticidad. Fijaos si lleva un código de barras, si la lista de ingredientes está listada con letras más grandes de lo habitual y dónde está fabricada.
La CK One que quiso comprarse mi amiga era una copia muy buena, difícil de distinguir. Pero no estaba made-in-ninguna parte. Debería haber sido made-in-EU o incluso made-in-USA. No tenía código de barras ni la dirección del fabricante.
Tampoco se podía leer: “Venta reservada a los concesionarios agregados” en inglés o francés. Y la capacidad venía sólo en mililitros (ml.), faltaban las onzas (Oz.). En fin, un desastre de engaño.
Como no te van a abrir un embalaje (como lo abran, sal corriendo a gastarte el dinero en otra cosa), no puedes comprobar cómo es el frasco. Pide siempre el probador, comprueba el frasco y huele la fragancia. A partir de ahí, es una cuestión de suerte y lotería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario