lunes, 23 de enero de 2012

Los cristianos de Pakistán bajo un régimen de terror


Javed Masih, el padre de Shahbaz Masih, joven cristiano asesinado por musulmanes en Kasur (en Punjab), ha logrado poner una queja formal (First Information Report) y ahora está exigiendo justicia; Sonia Bibi, una joven cristiana de 20 años de edad de Kasur, está traumatizada después de haber sido violada por jóvenes musulmanes; Rebecca Bibi, una joven cristiana de 12 años, que trabajaba como empleada doméstica, perdió un ojo a los golpes de su jefa musulmana: son los dramáticos casos señalados a la Agencia Fides por las comunidades cristianas en Punjab que sufren "violencia y abusos por motivos religiosos, la falta de colaboración de la policía, y la injusticia en los tribunales".

Como informa a Fides el pastor protestante Mushtaq Gill, de Kasur, que conoce personalmente a la familia Shabhaz Masih, el asesinato de la joven, que se produjo hace aproximadamente un mes, dejó una familia sin dinero. El muchacho fue asesinado en represalia por algunos musulmanes que querían castigar a su padre, Javed Masih, un fabricante artesanal de ladrillos, para evadir el cumplimiento de un préstamo. Hoy en día la familia está en la pobreza, ya que tienen otros seis hijos más pequeños. La policía al principio se negó a registrar el caso, entonces, finalmente, por la intervención de la ONG LEAD (Asociación Evangélica para el Desarrollo Legal) ha abierto una investigación del caso. "Pero las esperanzas de justicia son muy pocas", señala el pastor Gill.

En el caso de Sonia Bibi, de 20 años, violada hace unos días por un grupo de musulmanes cuando se dirigía al trabajo, siempre en Kasur, parece que la policía pone "un poco" más decolaboración ", y la denuncia ha sido registrada. El caso es emblemático de la vulnerabilidad de las niñas cristianas. Los acusados pertenecen a poderosas familias musulmanas, y en tales casos, los responsables suelen quedar impunes debido a una complicidad profunda en el sistema judicial y las instituciones.

Las familias cristianas más pobres, por la necesidad económica, a menudo envían a sus hijas menores de edad a trabajar como empleadas domésticas en familias musulmanas. Aquí los niños son abusados sexualmente y golpeados, como le sucedió a Rebecca Bibi (nombre inventado) de 12 años de edad, de Lahore, que llegó a casa con moretones y heridas inflamadas. La familia la llevó al hospital (la niña ha perdido un ojo) y han presentado una denuncia. El pastor Gill dice a Fides: "En Punjab, la situación de los cristianos es crítica: son víctimas de abuso de los poderosos y no tienen la justicia, dada la debilidad del sistema legal, que es un gran problema

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