El Gobierno suprime todo rastro del general en aplicación de la ley de Zapatero.
El Museo del Ejército, situado en el Alcázar de Toledo, va a ser inaugurado el próximo día 23 de junio por los Reyes. En su recorrido por las instalaciones, SS MM podrán admirar, cabe suponer, numerosos objetos y obras de arte relacionados con la historia de nuestras fuerzas armadas. Pero no encontrarán ninguna mención al general José Moscardó, cuyo nombre la Historia unió al edificio.
En la Unión Soviética, cuando Lenin, Stalin y cuantos les sucedieron llegaron al poder, se dedicaron a borrar los episodios históricos que no eran de su agrado. Así, de las fotografías desaparecían los personajes molestos al jerarca de turno y de las enciclopedias y academias se borraban sus nombres.
En la primera ilustración, a la izquierda de Stalin, aparecía Nikolai Yezhov, al que el dictador nombró director de la NKVD, la policía secreta soviética, como premio por haber denunciado a Trotsky.
Años después Yezhov cayó en desgracia y fue asesinado. En las sucesivas versiones de la foto del río no volvió a aparecer.
El espíritu soviético del gobierno del PSOE
Según El Confidencial Digital, los Reyes no podrán ver en su recorrido por el Museo del Ejército “algunas estancias de gran calado histórico como la sala que sirvió de despacho al entonces coronel José Moscardó”:
“En esta sala era tradicional poder escuchar una recreación de la conversación que mantuvieron el coronel y su hijo cuando éste estaba a punto de ser fusilado por las milicias. Fuentes del Museo han confirmado a ECD que ‘en aplicación de la Ley de Memoria Histórica tanto la sala como la audición han quedado fuera del acceso al público, se han suprimido’.”
La conversación entre padre e hijo, que recoge El Confidencial Digital y ya no se puede escuchar, transcurrió de esta manera:
“Cándido Cabello (socialista y jefe de milicias de Toledo, hablando por teléfono al coronel Moscardó):
Son Uds. responsables de los crímenes y de todo lo que está ocurriendo en Toledo, y le doy un plazo de diez minutos para que rinda el Alcázar, y de no hacerlo fusilaré a su hijo Luis que lo tengo aquí a mi lado.
Coronel Moscardó: ¡Lo creo!
Cándido Cabello: Y para que veas que es verdad, ahora se pone al aparato.
Luis Moscardó Guzmán: ¡Papá!
Coronel Moscardó: ¿Qué hay, hijo mío?
Luis Moscardó Guzmán: Nada, que dicen que me van a fusilar si el Alcázar no se rinde, pero no te preocupes por mí.
Coronel Moscardó: Si es cierto encomienda tu alma a Dios, da un viva a Cristo Rey y a España y serás un héroe que muere por ella. ¡Adiós, hijo mío, un beso muy fuerte!
Luis Moscardó Guzmán: ¡Adiós, papá, un beso muy fuerte!
Vuelve a coger el aparato Cándido Cabello.
Coronel Moscardó: Puede ahorrarse el plazo que me ha dado y fusilar a mi hijo, el Alcázar no se rendirá jamás.”