El sexo es un gran ejercicio, movemos todos los músculos, liberamos toxinas, feromonas, la piel queda más suave… vamos, que es uno de los mejores ejercicios que tenemos.
Partiendo de esta base, de mitos y otras leyendas, acabo de leer que hay científicos que dicen que no encuentran el Punto G. Dicen en un informe publicado en La Revista de Medicina Sexual, que podría ser fruto de nuestra imaginación, y atención con la segunda parte: “estimulado por las revistas y los terapeutas”.
Para la investigación participaron 1.800 mujeres, gemelas y mellizas, no sé por qué esta diferenciación, pero no me creo que en ninguna hubiera pruebas de esta zona erógena. Esta es l a frase: “Las mujeres pueden argumentar que la dieta o el ejercicio ayuda a tener el punto G, pero en realidad es virtualmente imposible encontrar rastros reales”, según Tim Spector, coautor del estudio.
La historia del Punto G nace de hace más de medio siglo, cuando lo descubrió el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg , quien dijo que estaba situado en la parte frontal de la vagina a una altura de entre 2 y 5 centímetros. Curiosamente, el año pasado científicos italianos afirmaron haber localizado el punto G utilizando el ultrasonido.
Lo dicho, ¿nos lo creemos?
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