El lugar es una apología del extermino de seres humanos.
El Museo de la Contracepción y el Aborto, un lugar radicado en Viena, ha recibido el premio Kenneth Hudson, concedido por la organización European Museum Forum, apadrinada por el Consejo de Europa. La actividad principal y aparentemente única de la EMF es elegir cada año al mejor museo europeo.
En esta ocasión el dudoso galardón ha recaído en un tinglado que, con la cobertura de un supuesto museo, promueve descaradamente el exterminio de seres humanos.
El premiado ofrece por la modesta cantidad de ocho euros, una visita de noventa minutos que gira en torno a las mil argucias inventadas por los abortistas para justificar su inmenso negocio. Por supuesto, no muestra ni una sola imagen real, de entre las 1.500 que expone, en la que aparezcan los procedimientos utilizados para provocar abortos, ni se habla en ningún momento de los grandes abortistas que reconocieron públicamente lo que estaban haciendo, como Bernard Nathanson.
El Museo de la Contracepción y el Aborto, un lugar radicado en Viena, ha recibido el premio Kenneth Hudson, concedido por la organización European Museum Forum, apadrinada por el Consejo de Europa. La actividad principal y aparentemente única de la EMF es elegir cada año al mejor museo europeo.
En esta ocasión el dudoso galardón ha recaído en un tinglado que, con la cobertura de un supuesto museo, promueve descaradamente el exterminio de seres humanos.
El premiado ofrece por la modesta cantidad de ocho euros, una visita de noventa minutos que gira en torno a las mil argucias inventadas por los abortistas para justificar su inmenso negocio. Por supuesto, no muestra ni una sola imagen real, de entre las 1.500 que expone, en la que aparezcan los procedimientos utilizados para provocar abortos, ni se habla en ningún momento de los grandes abortistas que reconocieron públicamente lo que estaban haciendo, como Bernard Nathanson.
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