Cada vez más, los estudios relativos al sueño confirman que dormir es mucho más importante para lo que se pensaba. Y no sólo para consolidar la memoria, o para ir descansado por la vida, o para evitar riesgos laborales.
Investigadores de la Universidad de Warwick (Reino Unido), en colaboración con la Facultad de Medicina Federico II, en Italia, han descubierto que las personas que duermen menos de seis horas cada noche son un 12 por ciento más propensas a fallecer de muerte prematura que aquellos que descansan cada noche entre las seis y ocho horas recomendadas.
La investigación analizó la relación entre el nivel de duración habitual del sueño y la mortalidad revisando 16 estudios prospectivos de Reino Unido, Estados Unidos, Europa y Asia Oriental. Este estudio incluyó a más de 1,3 millones de pacientes, que fueron seguidas durante 25 años, periodo en el que se registraron más de 100.000 muertes en este grupo.
Los resultados de una encuesta llevada a cabo por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO), además, ofrece una perspectiva sombría: casi la mitad de los españoles tiene problemas ocasionales para dormir y casi una cuarta parte de ellos sufre insomnio de manera crónica.
Supongo que estaréis pensando, bueno, de ésta no pasa, a partir de ahora voy a dormir a pierna suelta. Pues cuidado, si observáis que estáis durmiendo demasiado… también puede ser peligroso. Dormir más de 9 horas cada noche no incrementa el riesgo de muerte, pero puede ser un significativo marcador de una potencial enfermedad mortal.
Según el profesor Francesco Cappuccio, líder del Programa de Sueño, Salud y Sociedad de la Universidad de Warwick y médico adjunto de los Hospitales Universitarios Coventry y la Warwickshire NHS Trust, dice que, “mientras que dormir poco representa una causa de poca salud, dormir demasiado podría ser un indicador de esta falta de salud“.
Los productos que más utilizan quienes tienen trastornos del sueño están basados en plantas medicinales, como por ejemplo, la amapola de California, la pasiflora o la valeriana, que en conjunto son consumidas por el 22% de las personas insomnes. Los psicofármacos son utilizados por el 16 % de la población, y de ellos un 12 % lo hace sin tener ningún trastorno de ansiedad, depresivo ni mental.
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