Un presidente sufría
gimiendo, muy desgraciado,
por los datos que arrojaban
todas las cifras del paro.
Tirando del superávit
que fue del PP heredado,
dando cuatrocientos euros
al personal engañando
con vaticinios absurdos
que eran más que Judas falsos,
no le duró mucho el cuento
y apenas aguantó un año.
Hasta que fue Pedro Solbes
de Economía encargado
y por entonces su amigo,
quien le transmitió en privado
lo que muchos sospechaban:
"El granero está vacüo.
No tenemos mucho margen
para seguir endeudádonos.
Y si lo hacemos, Europa
se va a cabrear un rato".
Zapatero, el presidente
-así se llamaba el fulano-
sintió que se derrumbaba
cual Juan Guerra sin despacho
"¿Y si no tenemos parné
dime entonces ¿yo qué hago?"
"Pues tendrá que recortar"
contestó el ministro del ramo
"disminuya privilegios,
algún sueldo, algún gasto...
Suprima algún ministerio
plante cara a un sindicato.
Olvídese del talante
y elimine muchos cargos:
aquellos que no hacen nada
aunque les llamemos "altos"
"¿Y si se enfadan conmigo?",
preguntó Zetapé, cauto.
"Estimo muy conveniente"
dijo Solbes, suspirando
"que si se ponen farrucos
los mande a tomar por saco"
Oyendo eso el presidente
exclamó alzando las manos:
"¡Eso jamás, Pedro necio!
Yo no recorto, yo pago.
Yo estoy por la ayuda social.
Yo no produzco. Yo mamo.
Yo doy dinero a los pobres,
financio a Evo y a Castro.
cubro de oro a la Pajín,
enriquezco a artistas varios.
A los gays, a los drag queen
los forro de talonarios;
mientras rezo con Obama
a feministas complazco,
pago a la que indaga el clítoris,
la vulva, la uretra, el ano,
de las trompas de falopio
hasta las trompas de Eustaquio;
si tienes dudas, pregunta
a Zerolo, el diputado,
el mismo al que yo provoco
democráticos orgasmos.
Capo la inversión en bolsa
subo el sueldo a funcionarios
asusto a Moodys y a Ficht
venero a los sindicatos.
Si quiero crear empleo,
fustigo a los empresarios
y si me falta dinero
voy a cortarlo del árbol,
es decir, que se lo pido
a ese que llaman MAFO
que va de Pepito Grillo
pero al que yo no hago caso.
"Pues entonces presidente",
dijo Solbes un poco harto,
"si usted está en este plan
no me necesita, me abro.
¿Qué más le puedo decir?
¡Gobierne, coño, haga algo
productivo por el país!
aparte de pedir préstamos.
¿Y qué hará cuando se acaben,
cuando no pueda pagarlos
cuando Trichet no se fíe,
el paro esté desbocado,
cuando el partido murmure
y hasta Sonsoles haga ascos,
sus niñas se le reboten
se pasen a Lara (Cayo);
y ya no se asocie a España
con la palabra milagro?"
Cuando entendió ZP
que el ministro hubo acabado
su discurso apocalíptico
su atronador zurriagazo
mostró su mejor sonrisa
la de mister Bean, el mago,
y amistoso respondió
asiéndole por el brazo.
"Entonces llamaré al Rey,
a Sebastián y a Salgado
convocaré al parlamento
para un debate de estado
pondré mi cara de pena...
y clamaré por un pacto.
¿Te explico qué es el talante?
Escucha bien esto, majo:
Vivir de triunfos ajenos
y repartir los fracasos".
gimiendo, muy desgraciado,
por los datos que arrojaban
todas las cifras del paro.
Tirando del superávit
que fue del PP heredado,
dando cuatrocientos euros
al personal engañando
con vaticinios absurdos
que eran más que Judas falsos,
no le duró mucho el cuento
y apenas aguantó un año.
Hasta que fue Pedro Solbes
de Economía encargado
y por entonces su amigo,
quien le transmitió en privado
lo que muchos sospechaban:
"El granero está vacüo.
No tenemos mucho margen
para seguir endeudádonos.
Y si lo hacemos, Europa
se va a cabrear un rato".
Zapatero, el presidente
-así se llamaba el fulano-
sintió que se derrumbaba
cual Juan Guerra sin despacho
"¿Y si no tenemos parné
dime entonces ¿yo qué hago?"
"Pues tendrá que recortar"
contestó el ministro del ramo
"disminuya privilegios,
algún sueldo, algún gasto...
Suprima algún ministerio
plante cara a un sindicato.
Olvídese del talante
y elimine muchos cargos:
aquellos que no hacen nada
aunque les llamemos "altos"
"¿Y si se enfadan conmigo?",
preguntó Zetapé, cauto.
"Estimo muy conveniente"
dijo Solbes, suspirando
"que si se ponen farrucos
los mande a tomar por saco"
Oyendo eso el presidente
exclamó alzando las manos:
"¡Eso jamás, Pedro necio!
Yo no recorto, yo pago.
Yo estoy por la ayuda social.
Yo no produzco. Yo mamo.
Yo doy dinero a los pobres,
financio a Evo y a Castro.
cubro de oro a la Pajín,
enriquezco a artistas varios.
A los gays, a los drag queen
los forro de talonarios;
mientras rezo con Obama
a feministas complazco,
pago a la que indaga el clítoris,
la vulva, la uretra, el ano,
de las trompas de falopio
hasta las trompas de Eustaquio;
si tienes dudas, pregunta
a Zerolo, el diputado,
el mismo al que yo provoco
democráticos orgasmos.
Capo la inversión en bolsa
subo el sueldo a funcionarios
asusto a Moodys y a Ficht
venero a los sindicatos.
Si quiero crear empleo,
fustigo a los empresarios
y si me falta dinero
voy a cortarlo del árbol,
es decir, que se lo pido
a ese que llaman MAFO
que va de Pepito Grillo
pero al que yo no hago caso.
"Pues entonces presidente",
dijo Solbes un poco harto,
"si usted está en este plan
no me necesita, me abro.
¿Qué más le puedo decir?
¡Gobierne, coño, haga algo
productivo por el país!
aparte de pedir préstamos.
¿Y qué hará cuando se acaben,
cuando no pueda pagarlos
cuando Trichet no se fíe,
el paro esté desbocado,
cuando el partido murmure
y hasta Sonsoles haga ascos,
sus niñas se le reboten
se pasen a Lara (Cayo);
y ya no se asocie a España
con la palabra milagro?"
Cuando entendió ZP
que el ministro hubo acabado
su discurso apocalíptico
su atronador zurriagazo
mostró su mejor sonrisa
la de mister Bean, el mago,
y amistoso respondió
asiéndole por el brazo.
"Entonces llamaré al Rey,
a Sebastián y a Salgado
convocaré al parlamento
para un debate de estado
pondré mi cara de pena...
y clamaré por un pacto.
¿Te explico qué es el talante?
Escucha bien esto, majo:
Vivir de triunfos ajenos
y repartir los fracasos".
¿Quién es el autor?
ResponderEliminar