jueves, 11 de noviembre de 2010

Nokta

Nokta . from Onur Senturk on Vimeo.

Matemáticas interesantes

El casco de Dios: ¿el artefacto que sirve para ver el más allá?


La gente suele dar mucha importancia a sus percepciones y también a sus sensaciones. Si uno siente que Dios existe, tiende a pensar que es así. Ya no digamos si percibe alguna manifestación sobrenatural.

Sin embargo, ¿dónde quedarían estas sensaciones si se pudieran inducir con un artefacto?

Ésa es precisamente la función del casco de Dios, que se guarda en el laboratorio de neurociencia del doctor Michael Persinger, en Sudbury, Canadá. Concretamente en la sala C002, una cámara insonorizada que una vez se llamó la Cueva de Mahoma.

El casco está lleno de imanes y cables y ha servido para llevar a cabo 25 años de experimentos con diferentes sujetos, que fueron expuestos a pequeños campos electromagnéticos similares a los generados por los teléfonos inalámbricos y las pantallas de ordenador.


Tras un rato con este casco enchufado, el 90 % de los sujetos afirman experimentar una presencia extraña, algo especial, aunque el sujeto sea ateo, creyente, atleta o místico. Dependiendo de las creencias, el sujeto experimentará la presencia de Jesús o de algún otro ente sobrenatural. Incluso uno de los sujetos creyó sentir la cercanía del demonio.

Trabajando con estos bucles de alambre y campos magnéticos, el doctor Persinger ha trazado un mapa de las regiones específicas del hemisferio derecho del cerebro donde afirma que reside Dios. Independientemente de nuestra filiación religiosa o de nuestro grado de creencia (o incluso descreencia), nuestro cerebro reacciona de manera casi idéntica. (…) El casco de Dios simplemente enciende la chispa en la parte del cerebro donde nacen esos pensamientos místicos y espirituales.

Con todo, en abril de 2005, un equipo de científicos de Suecia afirmó que ellos habían sido incapaces de reproducir los descubrimientos del doctor Persinger. ¿Es casco de Dios, pues, funciona realmente o los sujetos han sido influidos sutilmente para que pensaran que estaban teniendo alguna clase de experiencia mística?

El chocolate se acabará en 20 años


Pues eso, que el chollo se acaba señores. Una nueva droga legal podría desaparecer de nuestro entorno en sólo 20 años. El chocolate. El sustituto del amor. El placer pecaminoso. El llamado prozac vegetal.

El problema es que cada año que pasa consumimos más cacao del que se produce, y la tendencia es que más tarde o más temprano terminará acabándose. ¿La razón? Su cultivo no sale tan rentable como plantar otros productos o dedicarse a oficios más estables en el sector servicios. De esta forma, los pequeños productores al Oeste de África cada vez están plantando menos cacao.

Las estimaciones dicen que en 20 años será tan raro y caro como el caviar y que muy poca gente podrá permitírselo. Por otro lado las compañías Hershey y Mars ya están trabajando con el genoma del cacao para crear plantaciones más resistentes y productivas.

Algo que esperamos que funcione, porque, como se podía leer en una de las aventuras de Charlie Brown: “una buena manera de olvidar una historia de amor es comerse un buen pudin de chocolate.“

La feniletilamina, neurotransmisor liberado por el chocolate, induce la secreción de dopamina, otro neurotransmisor responsable de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que provoca placer. También induce a la producción de norepinefrina y oxitocina, mensajeros químicos del deseo sexual. También contiene anandamida, otro neurotransmisor que activa la secreción de dopamina y produce efectos de euforia similares a los de la marihuana.

MTV Bicentenario

MTV Bicentenario from erwan manchec on Vimeo.