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La Semana de la Moda de Londres es la pasarela más creativa, urbana, tecnológica y desenfadada de las citas con la moda internacionales. Fiel reflejo del crisol de corrientes estéticas de las que está hecha la capital inglesa, los creadores que participan de la London Fashion Week son eclécticos y efervescentes. Porque en el microuniverso londinense conviven a la perfección el clasicismo de campiña reconvertido de Burberry, Aquascutum o Pringle of Scotland con el talento deslocalizado de Roksanda Ilincic, Charles Anastase o Clements Ribeiro, el talento vanguardista de Louise Goldin, Nathan Jenden o Peter Pilotto, y el peso de una figura mítica en la escena: Vivienne Westwood.
El homenaje a McQueen ha hecho de esta edición una tirada especial. En la colección de Basso & Brooke, cuyo eje central han sido los estampados digitales y el efecto 3-D, yo personalmente he visto totalmente reflejado el genio de Alexander
Los Peter Pilotto no hace mucho que despegaron en este mundo pero son ya los preferidos de un nutrido grupo de celebrities. Como véis, el naranja va a pegar fuerte el próximo invierno.
La de Erdem suele ser siempre una colección plagada de minivestidos que en cuanto ven la luz se convierten en los más deseados.
Esta vez sin embargo la joya de la corona han sido los vestidos largos.
Porque para rey de los little dresses ya está el precursor de las big curves: Mark Fast
Antonio Berardi es otro imán de famosas. Lo suyo no son de todos modos las it girls sino mujeres del estilo de Victoria Beckham.
La joven diseñadora Louise Gray juega con superposiciones, estampados, y la individualidad de cada look. Más que presentar excepcionales patrones o siluetas novedosas, que para eso ya estuvieron los maestros, muchos creadores apuestan por defender puntos de vista lo más marcadamaente posible, no solamente a través de prendas sueltas, sino de estilismos de pies a cabeza.
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