Mientras desde España algunos personajes populares siguen expresando su apoyo a quienes le están matando.
La salud del disiente disidente cubano Guillermo Fariñas, en huelga de hambre y sed desde hace mes y medio, empeora gravemente en las últimas horas y los médicos le han retirado el cateter que le suministraba sueros e hidratación.
Mientras tanto, desde España, la “progresía” palmera de Zapatero y de todos los tiranos que quedan en el mundo aplaude a quienes están matando al periodista cubano.
Desde México Joaquín Sabina ha rechazado condenar la dictadura castrista con la excusa de Guantánamo:
“No firmaré ningún manifiesto ni carta contra Cuba mientras existan cosas como Guantánamo o el bloqueo.”
Por su parte, Luis Eduardo Aute declaraba a la Revista Osaca:
“Hay un cinismo terrible con Cuba que, que yo sepa, todavía no ha invadido ningún país masacrando a cientos de miles de inocentes. Con todos los defectos que tiene la Revolución Cubana, históricamente va a tener en América Latina la importancia de un antes y un después. La cubana es una Revolución fundamental y fundacional en ese continente.”
Entre tanto la salud del periodista cubano Guillermo Fariñas se agrava debido a una posible bacteria que le ha generado fiebres muy altas, además de una gran debilidad que se ha acentuado desde el pasado domingo cuando los médicos decidieron retirarle la alimentación parenteral.
Clara Pérez Gómez, esposa de Fariñas, ha explicado que el periodista independiente "se queja" constantemente de dolores articulares en todo el cuerpo. "No puede ni abrir los ojos y no quiere hablar".
La familia está a la espera de los resultados del hemocultivo, aunque temen que pueda tratarse de una bacteria contraída por el cateter, similar al "estafilococo aureus" que hace unas semanas le provocó una "infección severa" que Fariñas atribuyó en su momento a las condiciones sanitarias del Hospital Provincial Arnaldo Milián de Santa Clara, donde se encuentra ingresado desde el pasado 11 de marzo.
Los médicos que le atienden en el centro de salud decidieron retirarle el cateter por donde le suministraban los sueros y la hidratación debido a su alta temperatura corporal.
A Fariñas, de 48 años, se le estaban administrando por vía intravenosa distintos sueros de alto contenido en azúcares, glucosa, aminoácidos, vitaminas y otros elementos que pretenden paliar el nivel de deshidratación que le provocó en marzo un shock hipoglucémico.
Esta situación, lamentó Pérez Gómez, podría agravar aún más el estado de salud del activista quien "se niega" a abandonar la huelga de hambre y sed que comenzó el pasado 24 de febrero para condenar la muerte del preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo y exigir la liberación de 26 prisioneros políticos que se encuentran enfermos.
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