En consonancia con la lluvia de críticas a la titular de Igualdad, César Vidal también responde desde La Razón a Bibiana Aído, cuyo histerismo ideologizante le lleva ahora a querer acabar con los cuentos tradicionales infantiles.
Cesar Vidal reconoce al Ministerio de Igualdad "la capacidad envidiable para provocar carcajadas" por sus inauditas iniciativas. Sobre la "penúltima" sobre la reforma de los cuentos infantiles "para que se vean adecuados a ese amasijo diabólico conocido como ideología de género" el director de Es la noche de César de esRadio propone "cambiar el cuento de enano saltarín por el de la enana periodista".
"En lugar de un personaje de nombre impronunciable de género masculino, nos encontraríamos con una albóndiga progre, partidaria del aborto y del feminismo que aparecería en multitud de tertulias dando dentelladas a los que no se doblegaran ante los dictados de la izquierda. Otra posibilidad sería sustituir a la ratita presumida que cometía el pecado nefando de barrer su casita por la rata albina". Le sustituiría Vidal por "otra figura de la progresía que, procedente del clericalismo más rancio en la época de un tirano, acababa convertido en comisario de medios del partido bueno e incluso llegaba a cambiarse el nombre de pila por uno catalán".
Pero para César Vidal, la iniciativa de Aído proviene de su "ignorancia supina". "¿Puede haber algo más progre que Blancanieves, una adolescente que se va de casa, comparte vivienda con siete varones y triunfa en la vida?"… "Por lo que se refiere a Cenicienta ni siquiera Felipe González destacó tanto en el paso de una extracción humilde a un entendimiento con la monarquía".
Cree el periodista de esRadio que Aído "odia los cuentos infantiles" porque "sus protagonistas –hombre y mujeres por igual- son leales, valientes, respetuosos de los mayores, defensores del débil, obedientes a los padres, leales a su patria y desprendidos o sea todo lo contrario del ideal progre". Es más, los cuentos muestran "la importancia de la iniciativa personal, desprecian al holgazán, señalan el valor del esfuerzo e incluso proporcionan claves para identificar a seres odiosos como las brujas".
Finaliza César Vidal señalando que los cuentos enseñan a "reconocer brujas disfrazadas". "A ver si….no, por Dios ¿cómo se me ha podido pasar algo así por la cabeza?".
Cesar Vidal reconoce al Ministerio de Igualdad "la capacidad envidiable para provocar carcajadas" por sus inauditas iniciativas. Sobre la "penúltima" sobre la reforma de los cuentos infantiles "para que se vean adecuados a ese amasijo diabólico conocido como ideología de género" el director de Es la noche de César de esRadio propone "cambiar el cuento de enano saltarín por el de la enana periodista".
"En lugar de un personaje de nombre impronunciable de género masculino, nos encontraríamos con una albóndiga progre, partidaria del aborto y del feminismo que aparecería en multitud de tertulias dando dentelladas a los que no se doblegaran ante los dictados de la izquierda. Otra posibilidad sería sustituir a la ratita presumida que cometía el pecado nefando de barrer su casita por la rata albina". Le sustituiría Vidal por "otra figura de la progresía que, procedente del clericalismo más rancio en la época de un tirano, acababa convertido en comisario de medios del partido bueno e incluso llegaba a cambiarse el nombre de pila por uno catalán".
Pero para César Vidal, la iniciativa de Aído proviene de su "ignorancia supina". "¿Puede haber algo más progre que Blancanieves, una adolescente que se va de casa, comparte vivienda con siete varones y triunfa en la vida?"… "Por lo que se refiere a Cenicienta ni siquiera Felipe González destacó tanto en el paso de una extracción humilde a un entendimiento con la monarquía".
Cree el periodista de esRadio que Aído "odia los cuentos infantiles" porque "sus protagonistas –hombre y mujeres por igual- son leales, valientes, respetuosos de los mayores, defensores del débil, obedientes a los padres, leales a su patria y desprendidos o sea todo lo contrario del ideal progre". Es más, los cuentos muestran "la importancia de la iniciativa personal, desprecian al holgazán, señalan el valor del esfuerzo e incluso proporcionan claves para identificar a seres odiosos como las brujas".
Finaliza César Vidal señalando que los cuentos enseñan a "reconocer brujas disfrazadas". "A ver si….no, por Dios ¿cómo se me ha podido pasar algo así por la cabeza?".
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