jueves, 10 de junio de 2010

Un ser vivo muy humano


Bibiana Aído recibió el Premio al Tonto Contemporáneo de La Gaceta por una frase que ya ha pasado a formar parte del estupidiario zapateril. ¿Un feto de 12 semanas es un ser vivo?, le preguntaban en la Ser en mayo de 2009. “Es un ser vivo, claro; lo que no podemos hablar es de un ser humano porque no existe evidencia científica”, respondió Aído.

La ministra trataba de refugiarse en la ciencia para justificar su posición política: la vida humana es disponible en las primeras 14 semanas. Se le olvidó un detalle: la evidencia científica demuestra la existencia de vida humana desde el momento de la concepción. Así lo señala el 100% de los libros de embriología.

Chuparse el dedo

La misma ministra de Sanidad, firmante del proyecto Aído, avala ahora campañas antitabaco en las que aparece la imagen de un feto de 12 semanas con la siguiente leyenda: “Fumar durante el embarazo perjudica la salud de su hijo”. “La campaña de Sanidad presenta al bebé de 12 semanas como lo que es: un hijo al que hay que proteger”, señala la portavoz de “Bebé Aído”, Beatriz Molina.

La campaña empezó el pasado julio de la mano de varios profesionales. “Nada convence más de la humanidad de un bebé de doce semanas que poderlo ver en tus manos chupándose el dedo”, señala Molina.

El lanzamiento provocó tal shock político que la secretaria de Organización del PSOE, Leyre Pajín, señaló que había críticas “no aceptables en democracia”. ¿Cuáles son las críticas aceptables en democracia? ¿Quién define lo que es aceptable y lo que no lo es? ¿Por qué no se puede criticar una ley que desprotege la vida humana en sus primeras semanas de gestación? Preguntas sin respuesta. Porque lo que pretendía el Gobierno era, lisa y llanamente, censura.

Pajín no fue la única en quejarse de la campaña. La portavoz socialista en el Senado, Carmen Silva, calificó al bebé Aído de “insulto gravísimo”. “El nerviosismo del Gobierno era una señal de que íbamos por buen camino. ¿Por qué incomoda tanto un bebé de 12 semanas chupándose el dedo? Sencillamente les pone frente a su incoherencia y crueldad”, señala Molina. Quizás por eso la propia ministra Aído no quiso saber nada cuando un voluntario pro vida, Juan José Panizo, le entregó un ejemplar. “Ya lo conozco”, fue su respuesta.

Una herramienta potente

En los primeros días de campaña, miles de españoles se hicieron con sus réplicas de un bebé de 12 semanas a través de internet. El boca a boca funcionó. “Tuvimos que montar todo un operativo logístico para atender a una demanda gigante”, recuerda Molina. Pero la campaña no ha acabado.

El interés por el bebé Aído ha llegado a traspasar fronteras. A través de la web recibieron información y petición de modelos desde Agentina, Perú, Estados Unidos, Colombia, Italia, Francia, Gran Bretaña, Canadá, México y un largo etcétera. “Nos escribieron unos argentinos pidiéndonos permiso para rebautizar al bebé como ‘bebé Arguibay’, la magistrada del Tribunal Constitucional argentino más feminista y abiertamente abortista. Por supuesto, les dijimos que adelante”, recuerda Molina.

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