lunes, 26 de abril de 2010

Se buscan valientes… ¡paso al frente!

Definición

Tener valor, ser valiente, es superar el temor para poder hacer lo que es correcto, no importa si es difícil o arriesgado. “El valor es aprender a superar el miedo”, dice el Dr. Bloomfield, “y cuando lo haces, crece”.

Puede significar enfrentarse con el qué dirán, con ser excluido, con lo que defienden unos cuantos sectarios de forma injusta… y esto siempre da miedo. Mantenerse firme en los principios y creencias rectas y tomar decisiones difíciles, cuesta. Pero también es cierto que quien no decide, no se compromete, es cuando menos, un comodón y a la larga se ha perdido lo mejor de la vida, dejar huella.

Cristóbal Colón necesitó valor. Lance Armstrong cuando venció al cáncer y conquistó el Tour de Francia en 1999 también lo necesitó. La historia está documentada con actos de valor y personas valientes, héroes tantas veces desconocidos.

¿Por qué necesitamos educar valientes? Porque una verdadera educación debe suscitar valentía, compromiso, que no es atentar contra la libertad.

Porque ayudará a contestar a tu hijo a las grandes preguntas sobre su vida. Entonces podrá responder cuando su país le necesite, cuando su familia le necesite, cuando Dios le necesite: “Aquí estoy, ¡paso al frente!”

Características

- Recordar momentos en los que se actuó con valor, para darle ánimos: “yo puedo”.

- Cambiar el enfoque: no pensar en la derrota, en que se va a fallar o a decepcionar a alguien.

- Eliminar palabras de duda del vocabulario: creo que, espero, deseo, quizá tenga suerte…, puede ser… Estas ‘profecías’ se pueden convertir en realidad.

- No esperar a no tener miedo, actúa con ganas hasta superarlo poco a poco.

- Trabaja a fondo, estudia, reflexiona.

- Rodéate de valientes. Siempre habrá personas que digan nunca (Larsen), pero también las habrá que confíen y crean en ti.

- Entrégate al 100%, aunque no consigas el 100% de éxito. “Lo mejor es enemigo de lo bueno”.

Consejos

- Si tienes miedo, recuerda la anécdota del mariscal Turenne, cuando antes de entrar en combate, temblando, se dijo: “¿Tiemblas cuerpo mío? pues más temblarías si supieras dónde te voy a meter”

- Si, por cobardía, tiendes a escuchar demasiado a los que ‘te apaciguan’ y te dan ‘consejos tranquilizadores’, para así nunca asumir riesgos, no decidirás con acierto. Tienes que aceptar el riesgo del amor, pero recuerda que es un riesgo en manos de Dios. (Alfonso Aguiló).
Elogia siempre al niño cuando actúa con valentía.

- Nunca te burles, puede tener efectos negativos en la autoestima del niño y llenarle de miedos. La ironía nunca es educativa; no es lo mismo que tener sentido del humor, que implica respeto.

- A veces parece que haces el ridículo, te dirá tu hijo, no importa. Hay que ser fiel a los principios que se sostienen. La fidelidad, la lealtad, la fortaleza, la fe, que es la fuerza más grande, son el alimento de la valentía.

- La madre Angélica, fundadora del canal católico más grande del mundo, EWTN en Estados Unidos, tiene una máxima: “Si tú no estás dispuesto a hacer el ridículo, Dios nunca hará lo milagroso”.

* Directora del Instituto Europeo de Estudios de la Educación

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